Paso 1. Entiende qué es ser niño. Parece mentira, pero el olvido es el arma que
tiene la indiferencia para hacer de nosotros un pedazo de plastilina. Si algo
tiene un niño es la magia de ignorar condicionamientos y sujeciones adoptadas:
la increíble capacidad de saber que todo es un juego y decidir divertirse. Pero
curiosamente se le pega y castiga para que “entre en cintura”. Por ello se
debería respetar cabalmente la condición de ser niño, que es tener la sabiduría
elemental del momento en la mano y saber qué hacer con ella.
tiene la indiferencia para hacer de nosotros un pedazo de plastilina. Si algo
tiene un niño es la magia de ignorar condicionamientos y sujeciones adoptadas:
la increíble capacidad de saber que todo es un juego y decidir divertirse. Pero
curiosamente se le pega y castiga para que “entre en cintura”. Por ello se
debería respetar cabalmente la condición de ser niño, que es tener la sabiduría
elemental del momento en la mano y saber qué hacer con ella.
Paso 2. Crecer es entender. Con la adopción de responsabilidades parecen
diluirse las credenciales que uno tiene para jugar, correr y pegar mocos donde
quiera. Pero la más fuerte atribución y prebenda que puedes encontrar en este
tránsito vital, es precisamente la que un niño reconoce intuitivamente: la de
fluir. Por ello sería sabio entender que crecer no es olvidarse de ser niño,
sino escucharlo y atenderlo. Diariamente.
diluirse las credenciales que uno tiene para jugar, correr y pegar mocos donde
quiera. Pero la más fuerte atribución y prebenda que puedes encontrar en este
tránsito vital, es precisamente la que un niño reconoce intuitivamente: la de
fluir. Por ello sería sabio entender que crecer no es olvidarse de ser niño,
sino escucharlo y atenderlo. Diariamente.
Paso 3. Recuérdate. Sobran las broncas y carencias cuando eres
niño, pero a diferencia de la edad adulta, las soluciones implementadas suelen
ser mucho más eficientes, cuando niño. Imagina verte en un espejo. La imagen
que brota es la de tu rostro a los cinco años. ¿Qué necesidades tienes? ¿Qué
exigencias haces del mundo? ¿Cuáles son tus preocupaciones? Tal vez los
problemas más fuertes de hoy sean los que no lograste captar o identificar
desde tu niñez y en una de esas, con la misma simplicidad que un chiquillo,
deban ser resueltos.
niño, pero a diferencia de la edad adulta, las soluciones implementadas suelen
ser mucho más eficientes, cuando niño. Imagina verte en un espejo. La imagen
que brota es la de tu rostro a los cinco años. ¿Qué necesidades tienes? ¿Qué
exigencias haces del mundo? ¿Cuáles son tus preocupaciones? Tal vez los
problemas más fuertes de hoy sean los que no lograste captar o identificar
desde tu niñez y en una de esas, con la misma simplicidad que un chiquillo,
deban ser resueltos.
Paso 4. A jugar. Lo más padre de ser chico es que eres grande.
Bastan un envase de lo que sea y unas ligas, clips o lápices para tener la nave
nodriza de los alienígenas que invadirán el planeta.
Bastan un envase de lo que sea y unas ligas, clips o lápices para tener la nave
nodriza de los alienígenas que invadirán el planeta.
Paso 5. Voltear el mundo. No sólo es un juego. Se trata de lo más serio
que pudieras hacer cuando niño. Recostarte en el borde de tu cama y dejar colgar
el cuello para ver todo al revés y entender lo relativo que es un objeto
designado, como arriba o abajo. Así, el techo se vuelve piso y tienes el aplomo
de vencer la fuerza de gravedad con un parpadeo y una sonrisa. Esos son los
superpoderes que te vuelven invencible como niño.
que pudieras hacer cuando niño. Recostarte en el borde de tu cama y dejar colgar
el cuello para ver todo al revés y entender lo relativo que es un objeto
designado, como arriba o abajo. Así, el techo se vuelve piso y tienes el aplomo
de vencer la fuerza de gravedad con un parpadeo y una sonrisa. Esos son los
superpoderes que te vuelven invencible como niño.
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