Instrucciones para encontrar cómplice

 

Paso 1. Quédate en silencio
un buen rato. De
pronto me descubrí de puntitas por el mundo. No para evitarlo sino para probar
la textura del vacío en su presentación menos popular: la del silencio. Así
entendí que el silencio es un privilegio y no una obligación: una serie de
posibilidades reforzadas por el crucial músculo de la atención, mismo que me
dio chance de ver que hay mucho más que una frontera cuando se juntan dos
personas.

Paso 2. ¿Qué es un cómplice? No me queda duda de que es una catapulta de
posibilidades en las que desde luego participan la risa, la empatía y el nervio
(especialmente en un principio) enlatados en una (extraña) persona que
(extrañamente) comparte tu (extraña) dirección de pensamiento. Cuando extrañas
lo extraño, el juego habrá terminado. Y cada cómplice lo sabe.

Paso 3. ¿Por qué un cómplice? Poco importan fechas y
condiciones que no sean sustanciales cuando la complicidad busca precisamente
sustancia. La Sociedad Anónima o el pálido acto de ser escalón en la Pirámide
de Maslow, sólo puede augurar arrepentimiento. La complicidad es respuesta
inversa y tajante a esto, por comprender los cimientos sobre los cuales
descansa su propósito: desmitificar el idilio con la certeza de la
impermanencia. Esto es, aprovechar el tiempo con brújula compartida.

Paso 4. ¿Para qué un
Cómplice? No es noticia que el recurso favorito de estos tiempos sea el compartir la
experiencia vital con quien se deje, análoga o digitalmente. La pregunta: ¿Para
qué? Si hay relevancia en contenido y en el mero acto de compartir (y no
pretender poseer) el Tribunal Mental de lo Contencioso acreditará plena facultad
de poder contar con un cómplice para hacer de la vida, una deleitosa historia.
Y se protesta lo necesario.

Paso 5. Las consecuencias. Cuando dos se juntan en
silencio, el grito es de complicidad. En ese estado se desdobla cualquier
esquina y se entiende que hay otro mundo diferente al que se habita: que puedes
poner Likes a cada segundo que transcurre, libre de apego y distorsión.

Paso 6. Entendiendo la complicidad. Tal vez se trata de desmentir la realidad y
quedarte así, bien plantado con tus principios y saber que terminarás de una
mano con ellos, y de la otra con tu cómplice. Después de todo, un cómplice
aparece cuando el magnetismo mutuo es causa, y el efecto, sólo con un par de
baquetas y un buen platillazo se anuncia para quedarse.