Deja que cada ojo
negocie por sí mismo y dude de todo agente.
negocie por sí mismo y dude de todo agente.
-William Shakespeare
Paso
1. Descripción de la misión.
1. Descripción de la misión.
Uno no se saca los
ojos nomás por que sí. Se tiene que elaborar un plan, ver los errores que
pueden acontecer, generar soluciones preventivas y como nada tiene realidad, vale
la pena que saber que no es necesario, como tampoco ver para creer. Cuando te
has cansado de ver como lo has hecho por los días que llevas vivo o cuando por
fin te enseñan en la escuela, que llegó la hora de desaprender lo aprendido, es
cuando debes arremangarte la camisa, lavarte bien las manos, encomendarte a
quien por ti responda (nadie quiere infecciones ni males de ojo) y tomar una
honda bocanada de aire.
ojos nomás por que sí. Se tiene que elaborar un plan, ver los errores que
pueden acontecer, generar soluciones preventivas y como nada tiene realidad, vale
la pena que saber que no es necesario, como tampoco ver para creer. Cuando te
has cansado de ver como lo has hecho por los días que llevas vivo o cuando por
fin te enseñan en la escuela, que llegó la hora de desaprender lo aprendido, es
cuando debes arremangarte la camisa, lavarte bien las manos, encomendarte a
quien por ti responda (nadie quiere infecciones ni males de ojo) y tomar una
honda bocanada de aire.
Paso 2. Ojo con el poder de la influencia.
Es muy probable que
cuando le hayas compartido una idea con semejante contenido radical a quien más
confianza le tengas (o sea tu yasabesquién)
te haya gritado “¡Cállate los ojos!”. E inspirado en esa hermoso canto de guerra,
no hay más argumentos. A coordinar el proceso.
cuando le hayas compartido una idea con semejante contenido radical a quien más
confianza le tengas (o sea tu yasabesquién)
te haya gritado “¡Cállate los ojos!”. E inspirado en esa hermoso canto de guerra,
no hay más argumentos. A coordinar el proceso.
Paso 3. Cierra los ojos.
Primero tienes que
cerrarlos. Si los dejas abiertos va a ser imposible que la operación tenga el
éxito esperado. Además, nadie querría
ver cómo se retira sus propios ojos, por inadaptado o bizco que esté.
cerrarlos. Si los dejas abiertos va a ser imposible que la operación tenga el
éxito esperado. Además, nadie querría
ver cómo se retira sus propios ojos, por inadaptado o bizco que esté.
Paso 4. Toma cada uno de ellos.
La parte más deliciosa
es cuando acaricias en cada una de las palmas de las manos, es un bulbo tibio,
delicado y juguetón. Vas a notar que de pronto brinca. No te preocupes, es
completamente natural: ¿qué no estás viendo lo que estás haciendo? Con
gentileza primordial aprieta ligeramente (así como ellos te han apretado cuando
se trata de atestiguar escenas que no querías ni tenías por qué ver: aquí
puedes gritarles: “¡Ojo por ojo!” y echar a reír como villano de caricatura.
es cuando acaricias en cada una de las palmas de las manos, es un bulbo tibio,
delicado y juguetón. Vas a notar que de pronto brinca. No te preocupes, es
completamente natural: ¿qué no estás viendo lo que estás haciendo? Con
gentileza primordial aprieta ligeramente (así como ellos te han apretado cuando
se trata de atestiguar escenas que no querías ni tenías por qué ver: aquí
puedes gritarles: “¡Ojo por ojo!” y echar a reír como villano de caricatura.
Paso 5. Gíralos con precisión.
Para que salgan del
modo más natural y veas que la extracción no es necesariamente dolorosa,
gíralos como si fueran un foco. Ten especial cuidado en hacer que giren al
mismo tiempo para que no te vayas a marear y sientas que estás en el ojo del
huracán.
modo más natural y veas que la extracción no es necesariamente dolorosa,
gíralos como si fueran un foco. Ten especial cuidado en hacer que giren al
mismo tiempo para que no te vayas a marear y sientas que estás en el ojo del
huracán.
Paso 6. ¿Dónde los pongo?
Una vez fuera, el
chiste de esta operación descansa en colocarlos delante de ti para realmente
ver. De eso se trataba todo, y por eso es que sigues con los ojos bien
cerrados. Así que puedes elegir si los
pones en la hebilla del cinturón, en las rodillas o en la nuca. En realidad no
importa ya que el único objetivo de este ejercicio es que estén delante de ti
para evitar la atmósfera del ego y poder, por primera vez, ver las cosas libres
de él. ¿Viste?
chiste de esta operación descansa en colocarlos delante de ti para realmente
ver. De eso se trataba todo, y por eso es que sigues con los ojos bien
cerrados. Así que puedes elegir si los
pones en la hebilla del cinturón, en las rodillas o en la nuca. En realidad no
importa ya que el único objetivo de este ejercicio es que estén delante de ti
para evitar la atmósfera del ego y poder, por primera vez, ver las cosas libres
de él. ¿Viste?
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