No se requieren ejes paradigmáticos para entender la necesidad de transmitir un mensaje, así sea corrompiendo las reglas del código.
¿Cuántas veces se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de hacer lo que venga en gana con la forma, si el fondo es al menos comprensible?
Quitar las haches, cambiar las ces, ondear las emes y usar como hula hula las os.
Para quitar el pre a una preocupación, basta lanzar proyecciones como piedras a una casa que presume ventanales nuevos. En un futuro, si el código se corrompe de manera funcional, estaremos en la banqueta compartiendo un vocabulario chato, divertido por onomatopéyico, pero mediocre.
Vélo de este modo: sería como si al partido de futbol le quitaran toda regla y exclusivamente se tratara de meter gol. Habría quien armara carnavales por la desaparición de los Fuera de Lugar.
Viva la barbarie.
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