Paso 1. Asume tu autoría.
Nosotros hacemos las crisis. Nos quedan tan bien
dobladitas y sin arruga alguna, que hasta parecemos profesionales en eso de su
convocatoria. Sea de modo directo o indirecto, la precisión y contundencia de
tu crisis en turno responde a las causas interpuestas para ello, de tal modo
que puedes estar orgulloso de tu obra, reclinar el asiento y disfrutarla ya
que, como todas las cosas que te rodean, incluyéndote, puedes estar seguro de
que pasará.
dobladitas y sin arruga alguna, que hasta parecemos profesionales en eso de su
convocatoria. Sea de modo directo o indirecto, la precisión y contundencia de
tu crisis en turno responde a las causas interpuestas para ello, de tal modo
que puedes estar orgulloso de tu obra, reclinar el asiento y disfrutarla ya
que, como todas las cosas que te rodean, incluyéndote, puedes estar seguro de
que pasará.
Paso 2. ¿Miedo al cambio, o cambio de miedo?
Somos impecablemente repetitivos: por eso funcionan la
estadística y la magia. Al notar que el cambio es la única constante,
entenderás que las crisis son oportunidades. Einstein decía que no pretendemos
que las cosas cambien si siempre empleamos el mismo método. Habría que,
metodológicamente, hacer del cambio un empleo.
estadística y la magia. Al notar que el cambio es la única constante,
entenderás que las crisis son oportunidades. Einstein decía que no pretendemos
que las cosas cambien si siempre empleamos el mismo método. Habría que,
metodológicamente, hacer del cambio un empleo.
Paso 3. Grita. Y gira sobre tu eje.
También está la posibilidad de hacer caso del grito
primigéneo y descomponer toda elegancia.
Esto es, tomar demasiado serias las cosas, darles una estatura de absolutas y
colapsarte porque no te salen como esperas/demandas. Llegará el momento en que
te acostumbres a esto y dejes de gritar (aunque puede que sigas girando sobre
tu eje).
primigéneo y descomponer toda elegancia.
Esto es, tomar demasiado serias las cosas, darles una estatura de absolutas y
colapsarte porque no te salen como esperas/demandas. Llegará el momento en que
te acostumbres a esto y dejes de gritar (aunque puede que sigas girando sobre
tu eje).
Paso 4. Ya que estés bien instalado en tu crisis, por
favor conócela.
favor conócela.
No hay guía que te dé la bienvenida y recorra contigo las
coloridas esquinas de tu alarma roja, probablemente porque este dominio es
autodidacta, como la vida en sí. Disfruta del punto climático, ése que hará
lucir tu casta. Encuentra sentido a la puerta en la que desconocías que
habitaban tus fantasmas. Haz las paces con el tiempo, sábete vulnerable y abre
bien los ojos que para estos momentos fueron hechos los párpados retráctiles.
coloridas esquinas de tu alarma roja, probablemente porque este dominio es
autodidacta, como la vida en sí. Disfruta del punto climático, ése que hará
lucir tu casta. Encuentra sentido a la puerta en la que desconocías que
habitaban tus fantasmas. Haz las paces con el tiempo, sábete vulnerable y abre
bien los ojos que para estos momentos fueron hechos los párpados retráctiles.
Paso 5. Siempre hay por lo menos una opción.
¿Qué tragedia más grande puede haber, sino la falta de
crisis? Que yo me acuerde, desde que nací escuché que estamos en crisis y el
ingenio -aunque un tanto improvisado- tiene como función intuitiva desmitificar
las amenazas y saber que, por extraño o macabro que parezca, vinimos al mundo a
blandirnos. ¿O hay alguno que no haya entrado en crisis (aún)?
crisis? Que yo me acuerde, desde que nací escuché que estamos en crisis y el
ingenio -aunque un tanto improvisado- tiene como función intuitiva desmitificar
las amenazas y saber que, por extraño o macabro que parezca, vinimos al mundo a
blandirnos. ¿O hay alguno que no haya entrado en crisis (aún)?
Posdata. Porque la realidad sigue al pensamiento, la
imaginación puede ser transformadora.
imaginación puede ser transformadora.
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