It may
be that the old astrologers had the truth exactly reversed, when they believed
that the stars controlled the destinies of men. The time may come when men
control the destinies of stars.
be that the old astrologers had the truth exactly reversed, when they believed
that the stars controlled the destinies of men. The time may come when men
control the destinies of stars.
– Arthur C. Clarke
Paso
1. Hazte vuoyer. Lo primero es saber que de ninguna manera
podríamos verla sin que ella deseara ser vista. Esta
anuencia vuoyerista colma y calma cualquier ansia astronómica o meramente
anecdótica que pueda emerger en el público cautivo. Después de todo, la Luna no
deja de ser un objeto de la mente de quien la percibe: puede ser un punto
enorme allá arriba, o una odisea para la vista nocturna.
1. Hazte vuoyer. Lo primero es saber que de ninguna manera
podríamos verla sin que ella deseara ser vista. Esta
anuencia vuoyerista colma y calma cualquier ansia astronómica o meramente
anecdótica que pueda emerger en el público cautivo. Después de todo, la Luna no
deja de ser un objeto de la mente de quien la percibe: puede ser un punto
enorme allá arriba, o una odisea para la vista nocturna.
Paso
2. Transfórmate. Para ver la Luna en serio,
hay que convertirse en cuerpo celeste. Esto es, encontrar un espacio reservado
exclusivamente para apostarte sobre lo que quieras y dedicarle un momento o dos
al arte de ser seducido por el astro. Parece que sabemos porque hablamos. Aquí
se trata de callar y observar con todos los sentidos.
2. Transfórmate. Para ver la Luna en serio,
hay que convertirse en cuerpo celeste. Esto es, encontrar un espacio reservado
exclusivamente para apostarte sobre lo que quieras y dedicarle un momento o dos
al arte de ser seducido por el astro. Parece que sabemos porque hablamos. Aquí
se trata de callar y observar con todos los sentidos.
Paso
3. También hay arriba. ¿Cuántas veces se te olvida
que hay “arriba”, y que ahí todo es magia? ¿O ese reporte pendiente de la
chamba te va a nublar la posibilidad de encontrar algo excepcional? Es
inexplicable acostumbrarse a no voltear a ver arriba. Es sinónimo perfecto de
aceptar al mundo en su versión más burda y contentarte con ello. Diario
acontecen milagros que decidimos dejar pasar.
3. También hay arriba. ¿Cuántas veces se te olvida
que hay “arriba”, y que ahí todo es magia? ¿O ese reporte pendiente de la
chamba te va a nublar la posibilidad de encontrar algo excepcional? Es
inexplicable acostumbrarse a no voltear a ver arriba. Es sinónimo perfecto de
aceptar al mundo en su versión más burda y contentarte con ello. Diario
acontecen milagros que decidimos dejar pasar.
Paso
4. Descubre la función. Tal vez para eso existe el
cielo: como un puntual recordatorio de la intangibilidad, pero al mismo tiempo para
acceder a una realidad que diluvia pistas acerca de la falsedad en cómo la
percibimos por estos cinco limitados (y también ramplones) sentidos. O sea, no hay
mejores vehículos que la imaginación, la introspección y la sonrisa.
4. Descubre la función. Tal vez para eso existe el
cielo: como un puntual recordatorio de la intangibilidad, pero al mismo tiempo para
acceder a una realidad que diluvia pistas acerca de la falsedad en cómo la
percibimos por estos cinco limitados (y también ramplones) sentidos. O sea, no hay
mejores vehículos que la imaginación, la introspección y la sonrisa.
Paso
5. Reacciona con soltura. Sin necesariamente
hacerlo, febrilmente vas a querer aullar cuando ni siquiera parpadeas frente al
disco luminoso, a esa uña recortada o al conejo apenas perceptible. El
espectáculo es el más grande que un ser pudiera presenciar. Deberían arrestar
por no voltear a verla -al menos diario-. Mueve los mares, no por ser Luna,
sino por no ser habitada aún.
5. Reacciona con soltura. Sin necesariamente
hacerlo, febrilmente vas a querer aullar cuando ni siquiera parpadeas frente al
disco luminoso, a esa uña recortada o al conejo apenas perceptible. El
espectáculo es el más grande que un ser pudiera presenciar. Deberían arrestar
por no voltear a verla -al menos diario-. Mueve los mares, no por ser Luna,
sino por no ser habitada aún.
Paso
6. Ya adentro. La noche boca arriba se
tiende sin credibilidad y sin penumbra. En lo alto, el destello alegre hace
juego con poleas invisibles que sostienen y agitan estrellas: se disparan solas
y la metralla agrieta sorpresas: para eso ve uno la Luna.
6. Ya adentro. La noche boca arriba se
tiende sin credibilidad y sin penumbra. En lo alto, el destello alegre hace
juego con poleas invisibles que sostienen y agitan estrellas: se disparan solas
y la metralla agrieta sorpresas: para eso ve uno la Luna.
Paso
7. Recuérdala. Un enigma apenas
explicable por medio de mitologías o síndromes de adecuación se tiende como
perfecto Post It a la vista de todos, como para recordar con cierta insidia que
no hay cómo creer que todo esto es “normal” o rutinario. Lo mejor: está allá
arriba y es gratis. Aún.
7. Recuérdala. Un enigma apenas
explicable por medio de mitologías o síndromes de adecuación se tiende como
perfecto Post It a la vista de todos, como para recordar con cierta insidia que
no hay cómo creer que todo esto es “normal” o rutinario. Lo mejor: está allá
arriba y es gratis. Aún.
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