PASO 1. Viva tarde. No importa si va a utilizar el Metro, un coche, caminará o levitará. El chiste de este juego es sacar ventaja a cada segundo para entonces dedicarlo a perder el tiempo y tener una buena excusa, pero una mejor treta cuando llegue tarde a una cita. Olvide sus trámites y espérese al último día, de otra manera no habrá emoción: la aventura pasará de ser estoica a anecdótica gracias a su pericia. Así, nunca será tarde para mostrarle al mundo que uno no requiere formarse para llegar mejor: mecánica cuántica.
PASO 2. Aquí todo se puede. Si algo se puede presumir al vivir en este país, es de la magia que da el hacer lo que le venga en gana y si con ello pasa por encima de alguien más, tanto mejor. La quintaesencia de esto lo verá en una fila: para sacar su IFE, para pagar una multa, para entrar a Viaducto o al comprar 200 gramos de jamón. Siempre podrá desafiar la lógica de una fila con ingenio, prisa y cariñoso cinismo.
PASO 3. Estudie su fila . Pasee un rato de inicio a fin por la fila que tomará por asalto.
Observe cuidadosamente los rostros de los ahí formados para ubicar quién será su presa: aquél que menos pueda brincar por su toma de fila. Recuerde la máxima: “Hágase güey y será rey”.
PASO 4. Pague tributo y cuélese. Todo tiene un precio, así sea para meterse en la fila de las tortillas. De alguna manera tiene que demostrar a los que lamentablemente quedarán detrás de usted, que su tiempo es más valioso que el de ellos. Como la cleptocracia en la que vivimos nos ha enseñado con maestría por varios sexenios, deberá pensar bien qué moneda de cambio tendrá que dar con tal de ahorrarse la execra- ble fila y obtener su beneficio correspondiente: tiempo para meterse en otra fila. Ponga en práctica el abrazar al más triste de los que están por llegar y “confundirlo” con el lejano primo de Torreón. Puede también ofrecerle dos, o la mitad de lo que obtendrá al llegar al fin de la fila, o deslizar un coqueto billete a manera de saludo al policía de tránsito. El límite es su ingenio y el fin, salirse con la suya.
PASO 5. Haga como que lleva ahí meses. Lo que sigue puede ser lo más fácil o lo más desgastante: depende qué tanto caso haga a los reclamos y levantamientos populares de los inadaptados de atrás. En esta fase deberá saber que nada lo moverá, ya que pondrá una misteriosa sonrisa estereotipada ante cualquiera que lo encare, pues se inventará, y naturalmente creerá, que lleva formado ahí desde el pleistoceno. Sólo que los demás no habían caído en cuenta de ello.
PASO 6. Impida que otros se metan . Empuje a los de adelante, lance objetos punzocortantes, organice brigadas con números ascendentes y mueva sus nuevas influencias con tal de que ningún vival se meta furtivamente en su fila. No será justo que un fulano pase por encima de su tiempo, su esfuerzo y en un santiamén le quite lo que tanto trabajo y sudor le costó.
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