Para
ser leías con Hipster Mambo, de Retroelectric Big Band
ser leías con Hipster Mambo, de Retroelectric Big Band
Paso 1. Justo eso:
pretenda.
pretenda.
Los
abismos a los que nos arroja el sentido de pertenencia y sus caprichos
inconscientes pero fulminantes, generan misterios como el de imperiosamente
buscar mostrarle al mundo algo que no existe en usted. Este deporte se ha
popularizado hasta ser encumbrado con el apelativo “moda” e incluso ha
alcanzado recargadas poses como la del hipster, en donde el ridículo se corona argumentando
que un buen hipster niega que lo es. Ni falsa ni modestia, sólo la soberanía de
la cultura del despedicio.
abismos a los que nos arroja el sentido de pertenencia y sus caprichos
inconscientes pero fulminantes, generan misterios como el de imperiosamente
buscar mostrarle al mundo algo que no existe en usted. Este deporte se ha
popularizado hasta ser encumbrado con el apelativo “moda” e incluso ha
alcanzado recargadas poses como la del hipster, en donde el ridículo se corona argumentando
que un buen hipster niega que lo es. Ni falsa ni modestia, sólo la soberanía de
la cultura del despedicio.
Paso 2.
La
gente somos todos, pero en este caso ellos, ellos se cuecen aparte y porque así
lo buscan, en un momento histórico en el que la apariencia física de su
adolescencia extendida es la totalidad de lo que uno tiene por proyectar. Por
eso la moda será tan importante como sus carencias: pretenda ser sofisticado
con un reclamo contradictorio ante el establishment
de las marcas. El consumismo no puede estar bien visto por un hipster, la pose
manda y ella determina.
gente somos todos, pero en este caso ellos, ellos se cuecen aparte y porque así
lo buscan, en un momento histórico en el que la apariencia física de su
adolescencia extendida es la totalidad de lo que uno tiene por proyectar. Por
eso la moda será tan importante como sus carencias: pretenda ser sofisticado
con un reclamo contradictorio ante el establishment
de las marcas. El consumismo no puede estar bien visto por un hipster, la pose
manda y ella determina.
La
capacidad de utilizar la mente, no como un instrumento de investigación
interior, sino como uno de proyección superficial confirma que tal vez al hipster
no le gusta reconocido como tal porque en el fondo se puede dar cuenta que su
parafernalia no deja otra cara al ego, más que el engaño.
capacidad de utilizar la mente, no como un instrumento de investigación
interior, sino como uno de proyección superficial confirma que tal vez al hipster
no le gusta reconocido como tal porque en el fondo se puede dar cuenta que su
parafernalia no deja otra cara al ego, más que el engaño.
Paso 3. Construya su
sofisticada idea de una intelectualidad cool
sofisticada idea de una intelectualidad cool
Sostenido,
prolongado, voluntario.
prolongado, voluntario.
Puede
que usted no requiera lentes, pero si su ideal cognitivo es hipsterear, entonces le urgen unos
lentes. Rechace marcas y moda, pero prefiera los Wayfarers de RayBan. El tono
vintage que suene más a reclamo que a recuperar lo que alguna vez se negó por
“parecer de abuelita” es ahora una práctica social. Y si no suena lo
suficientemente absurdo, el estilo del vestir debe evidenciar que usted le
dedicó nulo tiempo a dicha elección, cuando en realidad hubo un estudio
refinado y minucioso para obligarse a parecer casual. Otros prerrequisitos para
construir de manera efectiva su identidad hipsterosa:
preocúpese por lucir cool, combine mal y en segmentos, hable mal de bandas
oscuras que ni son pronunciables, tome tiempo en desarreglarse el pelo,
preocúpese por los animales por encima de los humanos, cultive en su casa lo
que le dé su azotea, ande en bici y proclámelo, escuche sólo LPs, propugne por
un comercio justo (aún sin entender lo que es eso), pretenda ser sarcástico con
líneas aprendidas de series de TV, recupere un sombrerito que ni gracioso es:
lo será, preséntese como indiferente ante la sorpresa, evite comprar en tiendas
establecidas y muévase exclusivamente en bazares, esfuércese en parecer
inteligente y en adoptar los microajustes de la moda antes que el resto, esfuércese
por conocer bandas que nadie conoce (ni ellas), procure ser vegano, apréndase
párrafos de Jack Kerouac y Norman Mailer, vea películas de Jim Jarmusch y Hal
Hartley, use una cámara análoga o una Holga, use bigote o barba elaborada, dele
un sentido interdependiente al término “independiente” y fundamentalmente
destaque por casualidad (estudiada).
que usted no requiera lentes, pero si su ideal cognitivo es hipsterear, entonces le urgen unos
lentes. Rechace marcas y moda, pero prefiera los Wayfarers de RayBan. El tono
vintage que suene más a reclamo que a recuperar lo que alguna vez se negó por
“parecer de abuelita” es ahora una práctica social. Y si no suena lo
suficientemente absurdo, el estilo del vestir debe evidenciar que usted le
dedicó nulo tiempo a dicha elección, cuando en realidad hubo un estudio
refinado y minucioso para obligarse a parecer casual. Otros prerrequisitos para
construir de manera efectiva su identidad hipsterosa:
preocúpese por lucir cool, combine mal y en segmentos, hable mal de bandas
oscuras que ni son pronunciables, tome tiempo en desarreglarse el pelo,
preocúpese por los animales por encima de los humanos, cultive en su casa lo
que le dé su azotea, ande en bici y proclámelo, escuche sólo LPs, propugne por
un comercio justo (aún sin entender lo que es eso), pretenda ser sarcástico con
líneas aprendidas de series de TV, recupere un sombrerito que ni gracioso es:
lo será, preséntese como indiferente ante la sorpresa, evite comprar en tiendas
establecidas y muévase exclusivamente en bazares, esfuércese en parecer
inteligente y en adoptar los microajustes de la moda antes que el resto, esfuércese
por conocer bandas que nadie conoce (ni ellas), procure ser vegano, apréndase
párrafos de Jack Kerouac y Norman Mailer, vea películas de Jim Jarmusch y Hal
Hartley, use una cámara análoga o una Holga, use bigote o barba elaborada, dele
un sentido interdependiente al término “independiente” y fundamentalmente
destaque por casualidad (estudiada).
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