Para ser leídas con: “Studying
Politics”, de Emery
Politics”, de Emery
Paso 1. Defina su idea favorita de político
Empecemos por definir a
esa especie que evolucionó del homo
ludens y en lugar de pasarlo bien con sus congéneres, decidió dejar
vencerse por la acumulación enferma de poder y amargarse -mientras perjudica a
millones- con su apego al dinero. Se trata de una camada (esperemos que finita)
cuya existencia se basa en el éxito de la explotación, ingenuidad, indolencia y
del sentido de hartazgo condimentado con humor negro por parte de un pueblo que
ha tejido una subsistencia de manera artesanal. Esa es la Democracia para un
político y para muestra representativa, puede usted revisar 50 años de historia
contemporánea del potente desapego de la realidad de sus gobernados.
esa especie que evolucionó del homo
ludens y en lugar de pasarlo bien con sus congéneres, decidió dejar
vencerse por la acumulación enferma de poder y amargarse -mientras perjudica a
millones- con su apego al dinero. Se trata de una camada (esperemos que finita)
cuya existencia se basa en el éxito de la explotación, ingenuidad, indolencia y
del sentido de hartazgo condimentado con humor negro por parte de un pueblo que
ha tejido una subsistencia de manera artesanal. Esa es la Democracia para un
político y para muestra representativa, puede usted revisar 50 años de historia
contemporánea del potente desapego de la realidad de sus gobernados.
Paso 2. Prometa que no robará… tanto
La primera transa es como
la primera vez para un buen político. Piense cómo conmover al electorado (esa tribu
masificada a la que cada que hay elecciones debe hablársele bonito) y por si no
fuera lo suficientemente vil su intención, contrate a alguien que sí sepa pensar
para que le escriba lo que a duras penas podrá pronunciar en el estrado. Ya ahí
arriba, y después de haber pagado lo indecible y prometido favores incumplibles
a las bases de un partido más bien fragmentado, hable como la tradición manda:
bajo reglas del deber ser de la percepción de esa masa, nunca como lo que pudo
llegar a ser: una persona. En el templete, y moviendo las manitas como le
ordenó su equipo de campaña, fácilmente podría asombrarse de lo que está
diciendo –si pusiera atención-: compromisos de modernidad, derecho inalienable,
transparencia comprometida, rendición de cuentas. Hasta los términos son
robados y si se trata de mover a México, tendría que ser a una plataforma de
conciencia para responder decisivamente frente al cruce de promesas contra
evidencias. Esa parte de la vida en la que el cinismo ha llegado a niveles de
ciencia ficción y el pueblo decide ver caricaturas en lugar de las noticias.
la primera vez para un buen político. Piense cómo conmover al electorado (esa tribu
masificada a la que cada que hay elecciones debe hablársele bonito) y por si no
fuera lo suficientemente vil su intención, contrate a alguien que sí sepa pensar
para que le escriba lo que a duras penas podrá pronunciar en el estrado. Ya ahí
arriba, y después de haber pagado lo indecible y prometido favores incumplibles
a las bases de un partido más bien fragmentado, hable como la tradición manda:
bajo reglas del deber ser de la percepción de esa masa, nunca como lo que pudo
llegar a ser: una persona. En el templete, y moviendo las manitas como le
ordenó su equipo de campaña, fácilmente podría asombrarse de lo que está
diciendo –si pusiera atención-: compromisos de modernidad, derecho inalienable,
transparencia comprometida, rendición de cuentas. Hasta los términos son
robados y si se trata de mover a México, tendría que ser a una plataforma de
conciencia para responder decisivamente frente al cruce de promesas contra
evidencias. Esa parte de la vida en la que el cinismo ha llegado a niveles de
ciencia ficción y el pueblo decide ver caricaturas en lugar de las noticias.
Paso 3. Imagen, por encima de ser
Un político ejemplar debe
hacerse reo de su imagen, de su ego y de todo aquello que sea efímero pero
efectivo, para que aún en funerales de dinosaurios políticos, enciendan un puro
y se limiten a suspirar hacia sus adentros: «¡por lo menos la mía sí que
es vida!». Moraleja: El costo político de ser político es (tan sólo) una
vida.
hacerse reo de su imagen, de su ego y de todo aquello que sea efímero pero
efectivo, para que aún en funerales de dinosaurios políticos, enciendan un puro
y se limiten a suspirar hacia sus adentros: «¡por lo menos la mía sí que
es vida!». Moraleja: El costo político de ser político es (tan sólo) una
vida.
Paso 4. Siéntase más allá de la ficción. Lo estará.
Un político es una figura
demasiado absurda como para ser real. Piénselo: ¿quién se presta al besamanos
para tratar de acumular algo por lo que otros se matarán? ¿Quién organiza
festines para gente que sabe que lo detestan? ¿Es sinónimo de éxito el que lo
quieran matar y para ello llevar un séquito de personajes bellamente ilustrados
y educados al volante de esos bólidos opacos con refinados tumbaburros?
demasiado absurda como para ser real. Piénselo: ¿quién se presta al besamanos
para tratar de acumular algo por lo que otros se matarán? ¿Quién organiza
festines para gente que sabe que lo detestan? ¿Es sinónimo de éxito el que lo
quieran matar y para ello llevar un séquito de personajes bellamente ilustrados
y educados al volante de esos bólidos opacos con refinados tumbaburros?
Paso 5. Que la nación se lo demande
Lo único que legaliza
(nunca será legítimo) el que un truhán se burle de quien paga impuestos es la
norma jurídica que tutela y salvaguarda el derecho inalienable a que nos sigan
transando por turnos (lo que un sexenio dure y para lo que alcance). De eso va
este régimen mejor entendido como cleptocracia,
así que haga méritos, fórmese, métase en la fila, pase por encima de quien sea
y disfrute de esa calidad de vida que sólo una montaña de porquería puede
garantizar a usted y a su estado de conciencia.
(nunca será legítimo) el que un truhán se burle de quien paga impuestos es la
norma jurídica que tutela y salvaguarda el derecho inalienable a que nos sigan
transando por turnos (lo que un sexenio dure y para lo que alcance). De eso va
este régimen mejor entendido como cleptocracia,
así que haga méritos, fórmese, métase en la fila, pase por encima de quien sea
y disfrute de esa calidad de vida que sólo una montaña de porquería puede
garantizar a usted y a su estado de conciencia.
Leave a reply