Para ser leídas con: The Streets, de Treasure
Paso 1. Sea el más apto al cruzar la misma calle
En todos lados de lo que alguna vez fue tierra y hoy es el Planeta Calle hay avenidas para ser superadas como una prueba para mostrarse como parte de la camada de los más aptos que Darwin tiene hoy trabajando 8 horas en el molino corporativo, sólo para descansar algunas otras y regresar a la hipnótica sucesión de días y volver a cruzar esa misma calle.
Paso 2. Piense en todo, menos en cruzar la calle
Estas avenidas fueron hechas para ser entendidas como un pasatiempo si se observan desde la perspectiva del total de tiempo que usted vaya a vivir: ¿No sería más interesante recorrerlas con pleno uso de conciencia, desde el roce del calcetín en su pie, hasta lograr el dominio de ese instante? Puede sonar estúpido atender el presente. Más estúpido es cruzar la calle con la mente puesta en versiones neuróticas del pasado y del futuro.
Paso 3. Ceda al celular el mando
Parece simple, pero el reto de convertirse en zombie multitasker, creyendo que caminar y revisar fotos pedagógicas de sus grupos de chat no es un reto a todas sus ventanas motoras, lo pueden dejar en el suelo (y lo más grave: sin celular). Procure entonces contar con un protector de hule industrial para su teléfono (usted no importa) y tenga suficiente pila para el trayecto a caminar: recuerde que pasar tiempo consigo mismo en estos tiempos, no sólo está sobrestimado, sino francamente ridiculizado por todas esas horas de alienación que su móvil puede entregar con tantas aplicaciones por desplegar.
Paso 4. Invente espacio donde no lo hay
La multiplicación de rayas y plásticos industriales sobre el concreto en una ciudad que quiere parecer responsable con quien se trague que eso es una ciclovía sólo confunde más al de por sí olvidado peatón. Indague si las rayas debajo de usted corresponden a un cajón de parquímetro, al espacio para plusválidos, si es territorio de un viene-viene o si por ahí circularán las bicis. Todo puede pasar en una ciudad donde, al no haber más espacio, se inventa para poder subsistir, a costa de la convivencia cubista que esto supone.
Paso 5 .Ustedes no entienden que ellos no importan
Cuando le toque ser peatón, haga el esfuerzo de fermentar su odio y lanzar miradas tóxicas a los conductores, que como usted lo hace cuando va al volante, invaden la zona peatonal con tal de cazar la luz verde. Sea astuto con su timing para insultar al motociclista, para quien las señales de tránsito son invisibles, así como para microbuses y camiones que, con un poco de suerte, invadirán sólo algunos carriles que no les corresponden y esperarán un poco más de tiempo de ese alto que las motos. Junte toda esa ira y almacénela para ser descargada cuando le toque estar al volante. De eso trata la obligación de ser un ciudadano de mundo.
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