Para ser leídas con: “Maquillaje”, de Mecano
Paso 1. Valore el daño
Si tiene que arreglarse, lo más probable es que usted haya amanecido francamente descompuesto. Pero no se preocupe, como la medida de este tiempo es su teléfono celular, evite el espejo y refléjese en la pantalla para notar entre siluetas oscuras, qué tan profundo será el trabajo a realizar para salir al mundo.
*NOTA: Si es usted hombre, pase directamente al Paso 6, si es mujer, por favor siga leyendo.
Paso 2. Inicie su ritual
Como si fuera epiléptico en una cristalería diciéndose que todo va a estar bien, levántese de un brinco, tome la taza de café, responda las notificaciones urgentes del feis, ponga a calentar el agua del baño, prenda la tele para setirse acompañada, úntese las primer capas de crema de la mañana y ahora sí, dispóngase a darle los buenos días al mundo.
Paso 3. Selecciones sus armas
Tómelo con calma: el arreglo está por encima de cualquier circunstancia y debe representar a quien verdaderamente es usted. Elija con destreza su kit, su colección de brochas y herramientas. Agudice el pulso y lleve a cabo toda aquella maniobra que no puede hacer en el coche. Mientras eso sucede, revise que no falta nada en su bolsa (esto es imposible: siempre hará falta algo), imagine distintas combinaciones en su vestir para el día, prepare un par de tweets y riegue las plantas.
Paso 4. Cambie sus armas
Note que los leggings con los que quería usar esa blusa están en la lavandería y los nuevos requieren usarse para que se vean cool. Por otro lado, los zapatos que quiere ponerse no son para caminar y la blusa sobre la cama va a ser potencialmente usada por todas las envidiosas amigas de la oficina. Conclusión: es urgente ir de shopping.
Paso 5. No se alarme: siempre habrá tiempo
No se preocupe, si usted decidió ignorar sus cinco alarmas y quedarse en posición fetal otra media horita y darse cuenta que los tres pasos anteriores fueron sólo un sueño, sepa que cuenta con los carriles centrales de cualquiera de las vías rápidas de esta ciudad para sacar el rímel y hasta comprar una gordita, un jugo y alguna novedad tecnológica, como un matamoscas eléctrico en forma de raqueta. Todo sin necesidad de dejar de estirarse las pestañas y gracias a los amparos que revisten un absurdo sobre otro en esta bella ciudad.
Paso 6. Note que no hubo mucho cambio
Tan a gusto que uno estaba en el jacuzzi de líquido amniótico, en donde no había ni que bañarse, ni que peinarse, pintarse ni vestirse, pero ahí va uno a querer saber de qué va el mundo. Probablemente por eso lo primero que hace un bebé al enterarse de lo que trata todo esto, sea llorar. Y el remedio, puesto en manos del médico que lo recibe, sea un golpe. Reclínese en su sofá y encuentre la posición más cómoda. Entonces note cómo el espejo se las ingenia para salir de su asombro: puede usted ir en paz, la remodelación ha terminado.
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